rezo al instante eterno
  • inicio
  • con·tacto íntimo
  • neusletter
  • orientación personal in(pulso)
  • Rezo al Instante Eterno
  • con · tacto
  • Neus Tamarindo
  • gozo
  • Deeptantra








rezo al instante eterno

morir de amor literalmente

2/4/2017

Comentarios

 
Picture

Hoy quiero recordar el instante en el que murió mi abuela materna.

​Pensándolo bien, creo que su vida merece muchos más capítulos que su muerte, pero por ahora quiero empezar compartiendo mi visión sobre sus últimos momentos de conciencia, de ser y existir.
Ya había estado en el hospital otras veces en los últimos años, y fue casi un milagro que se recuperara y regresara a su casa, con el ánimo de seguir viviendo sola e independiente, aferrándose a la vida con más ganas de las que parecía haber tenido siempre. Digo esto porque muchas veces ahí sentada en su silla mirando la tele parecía estar esperando que pasara el tiempo, convencida de que la muerte la llevaría a un sitio mejor, acompañada de su madre y otros seres queridos.
También cuando hablaba explicando recuerdos del pasado, en la emoción de su voz se sentía que ya había vivido todo lo que quería vivir, y que hacía ya algún tiempo que se sentía espectadora. Eso sí, le encantaba ser espectadora, observar como la vida seguía su curso, como los nietos crecíamos y la sociedad cambiaba al otro lado de la ventana.
No pasaba nada con morirse, todo iba a seguir su camino cuando ella dejara de estar presente, observando.
Esa vez que entró en el hospital, todos supimos que seguramente no volvería a casa. Creo que ella pensaba lo mismo. Creo que ella escogió el hospital como el sitio donde quería morir. Siempre le tuvo mucho respeto a los médicos y a la medicina, respeto del bueno, y supongo que morir rodeada de todo ello le debía parecer una muerte más digna que morir sola en casa, sin la expectación por otra parte de toda su familia. Recuerdo la última vez que la vi, recostada en su cama de hospital, con la mascarilla puesta y diversos líquidos entrándole en las venas poco a poco, sedándola.
Estaba bastante inflada, con una actitud de abandono físico palpable, y aunque reaccionó a mi contacto cuando le acaricié una mano y casi se podría decir que me apretó con fuerza mis dedos… yo diría que ella ya no era su cuerpo.
Mi sensación es que su cuerpo ya no le importaba nada, ni lo sentía apenas.
La encontré verdaderamente en sus ojos, aunque cansados éstos y poco comunicativos. Pero, sí, ella estaba ahí dentro, esa mirada era de ella, viva, y muy feliz por verme a su lado. Realmente sus ojos me miraron con un amor muy grande.
Imagino que los mismos ojos de amor miraban a todos los familiares que íbamos desfilando por aquella sala de hospital, junto a su cama.
Creo que mi abuela se murió de amor.
Murió de tanto amor que sentía.
No sentía ningún miedo, ninguna pena, ya no sentía dolor con la sedación, y por fin se le paró la máquina de los recuerdos, esos que le hacían desfilar innumerables momentos de su vida por sus retinas una y otra vez y a menudo la entristecían.
Vivió el presente, vivió su despedida, sintió cuánto amor tenía en el pecho, con cada persona que le venía a ver se le hinchaba un poco más el pecho.
Creo que sintió un amor profundo, que le llenó los pulmones y poco a poco le meció hasta dormirse para siempre, la última inspiración de aire fue muy breve, pues no le cabía ya nada más en el pecho, y con ese amor tan consistente, dejó de respirar y de latir.
Creo que fue consciente y feliz sus últimos minutos.
Y se despidió de todos nosotros y de la vida con una gran sonrisa de amor, que no pudimos ver por su mascarilla respiratoria, pero que estoy segura que no sólo yo la vi en sus ojos. Toda ella fue sonrisa, por dentro y por fuera. Aspiró, suspiró, sonrió y murió.

Fundida en el Amor.

Comentarios
  • inicio
  • con·tacto íntimo
  • neusletter
  • orientación personal in(pulso)
  • Rezo al Instante Eterno
  • con · tacto
  • Neus Tamarindo
  • gozo
  • Deeptantra